El cuidado que se preste en la instalación del papel pintado debe ser más profundo cuando se trata de papeles unidos (sin dibujos) que para
los impresos. Para los primeros, hay que valerse de una luz rasante, como ya se
explicó en otros casos.
- Por
medio de una herramienta para enlucido, repase la superficie para asegurarse de
que no ha quedado ningún clavo ni otras protuberancias.
- Si
un clavo se arranca mal, córtelo y húndalo en la superficie hasta que haya
penetrado totalmente. Rellene después. Si insiste tratando de arrancarle,
correrá el riesgo de desprender algunas capas de revestimiento o de producir
desconchados inútiles.
Igualación de superficies en relieve
Habrá ocasiones en que una pared esté tan
deteriorada, que la única solución consistirá en recurrir a un albañil para
restaurarla (situación de una puerta condenada, planchas mal colocadas o de
unión defectuosa, muros desprovistos de enfoscado, desprendimientos, etc.).
Veamos un viejo truco de pintor para evitarse
estos trabajos
- Extienda sobre la parte afectada una tela de
yute, de malla ancha (material que puede encontrarse en los comercios
especialistas).
- Clave
la tela por medio de puntas, sin hundir totalmente la cabeza.
- Proceda
a un enlucido del empalme entre el tejido y la pared.
- En
la parte tratada, aplique un papel de apresto bien embebido de cola. Deje secar
y que tense. De esta forma, tendrá una superficie totalmente lisa.
Indudablemente, esta superficie resulta un tanto frágil, pero supone un gran
ahorro de trabajo.
- En este punto, se producirá un ablandamiento momentáneo, pero
todo volverá a tensar perfectamente.
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